Marcos  1, 1 - 8

El pueblo hebreo pasó 40 años peregrinando por el desierto mientras aprendía a confiar en Dios. Luego, Jesús pasó un período en el desierto, orando, yunando y preparándose pra su ministerio público.
Pero ¿qué es el desierto? Es, en realidad, nuestra antigua vida de pecado y separación de Dios; es esa parte de uno que quiere permanecer rebelde e indomable, sin entregarse a Dios.
La buena noticia que nos estamos preparando para celebrar en la Navidad es que no hay que esperar a haber vencido o dominado las tendencias de la naturaleza humana antes de aproximarse a Cristo. De hecho, es al revés. Tenemos que dejar que Jesús entre primero al desierto personal del corazón humano, y él lo irá transformando gradualmente.
Así como San Juan Bautista invitaba a la gente al desierto a recibir su Bautismo, Jesús nos invita al desierto de nuestra propia vida y, al adentrarnos en aquellos lugares oscuros e inhóspitos, seguramente nos sorprenderemos de encontrar a Jesús allí mismo, esperándonos. Él está en aquellos sitios en los que nos sentimos más estériles y poco atractivos, y nos ofrece su curación y restauración. Cristo está allí, listo para quitar las malezas y convertir la arena ardiente en un exuberante jardín y llenar el páramo con todo tipo de frutos ducles y jugosos.
Jesús ya nos perdonó, ya pagó el precio por nuestros pecados; todo lo que necesitamos ahora es correr hacia él avanzando por el tortuoso sendero, para pedirle perdón y sanación.
Él enderezará y allanará el camino. Aprovechemos el Sacramento de la Reconciliación, para experimentar el perdón de una manera positiva y concreta. Has de saber que cuando confieses tus pecados y recibas la seguridad del perdón de Dios, experimentarás el reconfortante abrazo de Jesús y podrás empezar una vida nueva de paz y pureza.

"Gracias, Jesús mío, por estar dispuesto a entrar en mi desierto y limpiarlo; gracias por todo tu amor y tu misericordia. Ayúdame a estar más consciente de mis faltas, para que te las presente y reciba tu perdón". Amén."


Tomado de: La Palabra Entre Nosotros.




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