Hoy, tráeme a las almas de los hermanos que se han separado de Mi Iglesia y sumérgelas en el mar de Mi misericordia.


Jesús sumamente misericordioso, que eres la Bondad Misma, Tú no niegas las luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los que se han separado de Tu Iglesia. Llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia; no las dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los que se han separado de tu Iglesia, que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y Su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.




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