Proverbios 14, 17 . 29 ; 15, 18 ; 19, 11 ; 29, 22
El que presto se enoja hace locuras,
el hombre reflexivo mantiene la calma.

El tardo a la ira es rico en inteligencia,
el que cede al arrebato hace muchas locuras.

El hombre iracundo suscita contiendas,
el que es tardo para la ira apacigua la disputa.

La cordura del hombre le hace ser paciente,
su gloria es disimular las ofensas.

Un hombre iracundo provoca querellas,
un hombre colérico multiplica las faltas. 


Eclesiastés 7, 9
No te dejes llevar de la ira,
porque la ira es propia
de los necios.


Gálatas 5, 16 - 26
Yo os digo: Dejaos conducir por el Espíritu, y no os dejéis arrastrar por las apetencias de la carne. Porque la carne lucha contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pues estas cosas están una frente a la otra para que no hagáis lo que queréis. Pues si os dejáis conducir por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Ahora bien, las obras de la carne son bien claras: lujuria, impureza, desenfreno, idolatría, supersticiones, enemistades, disputas, celos, iras, litigios, divisiones, partidismos, envidias, homicidios, borracheras, comilonas y cosas semejantes a éstas. Os advierto, como ya antes os advertí, que los que se entregan a estas cosas no heredarán el reino de Dios.
Por el contrario, los frutos del Espíritu son: amor, alegría, paz, generosidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, continencia; contra estas cosas no hay ley. Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. Si vivimos por el Espíritu, dejémonos conducir por el Espíritu. No busquemos la vanagloria, provocándonos mutuamente y teniendo envidia unos a otros.













RECUERDA, JESÚS ES EL BUEN PASTOR:
 "El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso y conforta mi alma......."
 Salmo 23


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