El día Sábado pasó todo en el mayor silencio; más al día siguiente, muy temprano, la tierra tembló y los guardias del sepulcro cayeron espantados al suelo pues un Ángel del Señor revestido de una luz deslumbradora había bajado del cielo y alzado la lápida que cerraba el monumento.
Los soldados recobrados del miedo, corrieron apresurados a la ciudad para anunciar a los príncipes de los Judíos cuanto había sucedido;  y éstos consternados con el nuevo prodigio, diéronles gran cantidad de dinero para que callaran la verdad, y dijeran que mientras ellos dormían habían venido al sepulcro los discípulos de Jesús y se habían llevado su Cuerpo.





 





 RECUERDA, JESÚS ES EL BUEN PASTOR:
 "El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso y conforta mi alma......."
 Salmo 23


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