Bendito Dios misericordioso; Padre unimúltiple de todo el universo; Creador sublime de todas las bellezas. Dador celestial de bondades y perdones. En esta hora solemne, cuando nuestros corazones están saturados de Tu amor; cuando vibra Tu belleza en nuestros espíritus y Te vemos con los ojos del alma, imploramos, Señor, a nombre de Cristo, nuestro Redentor, la paz y la armonía para el mundo, que cesen los sufrimientos y las penalidades de los padres sobre la tierra y que haya abundancia de cosechas y luz para que reine la felicidad en los dos planos: en el material y humano en el místico y divino, Bendice ¡Oh Padre! nuestro mundo, que reine la paz en el corazón de todos los hombres sobre la tierra.

Amén











RECUERDA, JESÚS ES EL BUEN PASTOR:
 "El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso y conforta mi alma......."
 Salmo 23

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