Salmos 16 ; 43 ; 130


Salmo 16 
Fidelidad a Dios, sumo bien

Canto de David.
Guárdame, Dios mío, pues me refugio en ti
Yo digo al Señor: "Tú eres mi Señor,
mi bien sólo está en ti".
Ellos, en cambio, veneran a los dioses
que hay aquí en la tierra,
malditos los que en ellos se complacen.
Los que corren tras ellos aumentan sus desgracias
Yo jamás tendré parte en sus cruentos sacrificios,
mis labios no pronunciarán jamás su nombre.
Señor, tú eres mi copa y mi porción de herencia,
tú eres quien mi suerte garantiza.
Me han caído las cuerdas en la tierra más fértil,
me encanta la heredad que me ha tocado.
Yo bendigo al Señor, que me aconseja,
hasta de noche mi conciencia me advierte;
tengo siempre al Señor en mi presencia,
lo tengo a mi derecha y así nunca tropiezo.
Por eso se alegra mi corazón,
se gozan mis entrañas,
todo mi ser descansa bien seguro,
pues tú no me entregarás a la muerte
ni dejarás que tu amigo fiel baje a la tumba.
Me enseñarás el camino de la vida,
plenitud de gozo en tu presencia,
alegría perpetua a tu derecha.



Salmo 43
Hazme justicia, oh Dios, y defiende mi causa
contra esta mala gente,
líbrame del hombre falso y criminal.
Pues tú eres, oh Dios, mi fortaleza,
¿por qué me has rechazado?,
¿por qué he de andar yo triste,
bajo la opresión de mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad;
ellas me guiarán, me conducirán
a tu montaña santa, a tus moradas.
Yo llegaré hasta el altar de Dios,
del Dios que es mi gozo y mi alegría;
te alabaré al son de la cítara, Señor, Dios mío.
¿Por qué te afliges, alma mía, por qué te quejas?
Espera en Dios, que aún he de alabarlo,
salud de mi rostro, Dios mío.



Salmo 130
De profundis
Canción de las subidas.
Desde lo más profundo
clamo a ti, Señor;
Señor, escucha mi clamor,
estén tus oídos atentos al grito de mi súplica.
Si tienes en cuenta nuestros delitos,
¿quién podrá resistir, Señor?
Pero en ti encontramos el perdón,
por eso eres temido.
Yo espero con toda el alma en el Señor,
confío en su palabra;
estoy pendiente del Señor
más que los centinelas de la aurora.
Israel está pendiente del Señor
más que los centinelas de la aurora;
porque en el Señor está el amor
y la liberación total:
él redimirá a Israel
de todos sus delitos.



Isaías 61, 1 - 4
El espíritu del Señor Dios está en mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar los corazones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los presos; a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios.
A consolar a todos los afligidos, a dar a todos los afligidos de Sión una diadema en lugar de ceniza, perfume de alegría en lugar del vestido de luto, alabanza en lugar de espíritu abatido.
Se les llamará encinas de justicia, plantación del Señor para su gloria.
Ellos reconstruirán las viejas ruinas, levantarán de nuevo los edificios caídos del pasado, restaurarán las ciudades demolidas, las ruinas de pasadas edades.



Jeremías 15, 10 - 21
Lamento del profeta

¡Ay de mí, madre mía, 
que me engendraste
 hombre de querella y de discordia 
para todo el país! 
No he prestado dinero,
no he recibido préstamo,
pero todos me maldicen.
El Señor ha dicho: ¿No te había
yo empujado hacia el bien? 
¿No he hecho yo
que el enemigo te suplicase
en el tiempo de la desgracia
y de la angustia? 
¿Puede romperse el hierro,
el hierro del norte y el bronce?
Tus bienes y tus tesoros
voy a entregarlos al saqueo
en pago de tus pecados
en todo el territorio.
Y te haré esclavo de tus enemigos
en un país que no conoces,
porque el fuego
de mi cólera se enciende
y va a arder sobre vosotros.
Tú lo sabes, Señor;
acuérdate de mí, cuida de mí,
véngame de mis perseguidores;
que no muera yo por ser tú 
con ellos tan paciente,
piensa que por tu causa 
soporto tanto ultraje.
Cuando recibía tus palabras
yo las devoraba;
tus palabras eran mi delicia,
la alegría de mi corazón,
pues tu nombre
se invocaba sobre mí,
oh Señor Dios omnipotente.
Jamás he ido a divertirme
a una reunión de burlones;
bajo el peso de tu mano
he estado solitario,
pues tú me habías llenado de tu ira.
¿Por qué mi dolor no tiene fin?
¿Por qué mi herida es incurable,
indócil al remedio?
¿Vas a ser para mí
como un arroyo engañador,
de aguas caprichosas?


Respuesta del Señor 

Entonces me dijo el Señor:
"Si vuelves, yo te haré volver
y continuarás a mi servicio;
y si separas lo precioso de lo vil,
serás como mi boca.
Ellos volverán a ti, no tú a ellos.
Yo te constituiré para este pueblo,
cual muralla de bronce
inconmovible.
Lucharán contra ti,
mas no te vencerán,
pues yo estaré contigo
para salvarte y librarte
- dice el Señor -.
Te libraré de la mano de los malvados 
y te arrancaré 
de las garras de los violentos".

 
Lamentaciones 3, 55 - 57
Invoqué tu nombre, Señor,
desde la hondura de la fosa.
Mi grito oíste: "No cierres
tu oído a mi oración".
Te acercaste el día en que te llamaba,
me dijiste: "¡No temas!"



Juan 3, 14 - 17
Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así será levantado el hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Pues Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
 

Efesios 3, 14 - 21
Por estas razones doblo mis rodillas ante el Padre, del que toma su nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, conforme a la riqueza de su gloria, el ser fortalecidos poderosamente por su Espíritu en orden al progreso de vuestro hombre interior, y que Cristo habite en vuestros corazones por la fe, para que, arraigados y fundamentados en el amor, podáis comprender con todos los creyentes cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento, a fin de que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
A aquel que es poderoso para hacer muchísimo más de lo que pedimos o pensamos, en virtud de su poder que actúa en nosotros, a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.













RECUERDA, JESÚS ES EL BUEN PASTOR:
"El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace reposar, me conduce hacia las aguas del remanso y conforta mi alma......."
Salmo 23







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